Mena. Cartel coronación canónica Virgen de la Soledad

c44b3abd57ccfbc620ba9eaafbc28bd6_LAutor: Francisco Naranjo Beltrán

Presentador: Pedro Luis Gómez

Observaciones: el cartel quiere representar a la titular de la Congregación de Mena coronada como Reina de Cielos y Tierra, como faro y guía de náufragos y navegantes y verdadera Estrella de los Mares. La pintura recuerda la leyenda y el vínculo de la Virgen con la marina. El motivo central es la efigie de Nuestra Señora de la Soledad en el momento mismo de su Coronación. Entronizada, sentada en un fastuoso trono de oro, símbolo verdadero de su majestad. Este estrado se eleva sobre un escabel conformado por varios peldaños donde quedan grabadas las letras que anuncian la efeméride. El asiento se encuentra flanqueado por dos leones de oro. En este caso los leones representados son directamente traídos de aquellos esculpidos en piedra que guardan las escalinatas de la fachada principal de la Catedral.

2016_22_01_Soledad_Mena_cartel_coronacion_1

María, ocupa su asiento en este trono de gloria, apareciendo sentada y cubriendo púdicamente su regazo y sus piernas con el mismo manto que protege sus hombros. Descansa uno de sus pies descalzos sobre un cojín, al mismo tiempo que pisa una rosa blanca. Flor que, como su gracia virginal sobre los creyentes, se derrama por la escala que eleva su solio. Según la tradición cristiana, la rosa blanca representa los misterios gozosos de la Virgen, a quien en las letanías se la denomina Rosa Mística.

En su ajuar de coronación, la Virgen de la Soledad se presenta ceñida con el fajín de de Almirante de la Armada Española, ratificándose así en la pintura, su estrecha vinculación secular desde la milagrosa salvación de los náufragos en 1756. Con la intención de apostillar el sentido salvífico de la efigie de la soledad, su figura se convierte en el principal foco luminoso del cartel, un brillante faro que guía a buen puerto a los galeones que buscan llegar a tierra desde un mar en calma, en una noche clara, iluminada por un cielo estrellado donde las constelaciones se disponen, como suelen en las noches del mes de junio en el hemisferio norte. Ese deseado mes de junio donde La imagen será coronada canónicamente. Este mensaje con el que la Virgen se nos presenta como guía y norte en la mar, se ratifica con el texto grabado en el respaldar del trono, un definitivo Stella Maris, estrella de los mares.

2016_22_01_Soledad_Mena_cartel_coronacion_3

Tras el trono, se yergue de forma rotunda y mayestática la figura del Arcángel Gabriel. Una versión iconográfica muy extendida en época medieval del pasaje de la coronación de la Virgen, tiene como protagonista a Gabriel, que como encargado en un principio, de llevar a María la nueva de la Encarnación del Verbo Divino en su vientre maternal, tiene el privilegio otorgado por Jesucristo, de colocar sobre las sienes divinas de la Virgen la corona de gloria con la que debe ser recompensada. Este modelo de representación tiene un claro precedente en uno de los tímpanos de la Catedral de Notre Damme de París. Siguiendo con la utilización de símbolos clásicos asimilados por la tradición cristiana, en la presente obra, Gabriel porta en su mano izquierda el caduceo, cetro con el que como mensajero de los dioses, se distingue a Hermes y que como portador de la noticia de la concepción divina a María, identifica al Arcángel. Con su mano derecha sostiene la presea con la que se dispone a ceñir las sienes de la Santísima Virgen. Una corona de laureles de oro. El laurel representa el triunfo, la victoria, asimismo, y en virtud de su perennidad, simboliza lo eterno, lo inmortal. Este rasgo característico no escapó a los romanos, quienes se valieron de él como distintivo de gloria. El laurel se hallaba consagrado a Apolo, y su follaje, por lo común, servía para glorificar a los héroes, genios, a los virtuosos. En este caso, los laureles son la mejor forma de coronar la cima de virtudes que significa la Santísima Madre de Dios en este caso bajo la advocación de la Soledad.

2016_22_01_Soledad_Mena_cartel_coronacion_2

Fuente: elcabildo.org

Prado Hernández optará a un segundo mandato en la Soledad de San Pablo

Los comicios están previstos para el 18 de junio · La reforma de la capilla de San Pablo y la celebración del centenario fundacional, principales proyectos.

6e3579df58183ebf7b48cfde6b2b96a0_L

Prado Hernández optará a renovar su cargo de hermano mayor al frente de la cofradía de la Soledad de San Pablo. La corporación trinitaria tiene previsto celebrar elecciones el 18 de junio. Hernández fue elegido hermano mayor el 22 de junio de 2012 y sustituyó a Ricardo Delgado tras ocho años al frente de la Hermandad.

Los cuatro próximos años destacan por la celebración del centenario fundacion
al. Para ello se ha creado una comisión que preside Delgado y que ya está dando forma al aniversario con una serie de actos. En la cuaresma pasada se presentó el logotipo, obra de Francisco Naranjo.

Igualmente, la reforma de la capilla de San Pablo es uno de los poryectos que se quiere abordar en los próximos años. La renovación de las túnicas de nazarenos -los capirotes ya fueron cambiados- y los trajes de romanos de la escuadra que saca en procesión la Hermandad también están en la hoja de ruta marcada para los próximos cuatro años.

Uno de los proyectos más destacados desarrollados en el mandato de Prado Hernández fue la resturación de la Virgen de la Soledad, cuyos trabajos fueron realizados por Francisco Naranjo. La exposición de la imagen en devoto besamanos en la jornada de la Mater Dei también acaparó un gran interés, ya que, al parecer, era la primera vez que la imagen se exponía en besamanos.

El plazo para presentar candidaturas será del 19 de mayo al 2 de junio. Un día después se entregarán las candidaturas al Obispado. La exposición del censo y la presentación de programas será del 8 al 17 de junio.

Fuente: elcabildo.org

San Julián amplía su patrimonio con la incorporación de una pintura y una talla

5d4939f1c327f6ce27985fbbe16c7f98_LLa iglesia de San Julián aumenta su patrimonio artístico con la incorporación al culto de dos obras de gran valor. En el lateral de la Epístola se encuentra el óleo Los desposorios de la Virgen, obra de Cornelio de Vos, que formó parte de la colección del Museo de la Semana Santa Jesús Castellanos. El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) ha sido el responsable de su recuperación y reintegración en el templo, donde se debía ubicar bajo deseo expreso de Luis de Godoy, miembro de la primitiva Hermandad de la Caridad que donó la obra pictórica a dicha corporación el 14 de julio de 1697, tal y como defendió en su tesis doctoral (2010) el cofrade Andrés Camino.

La tarea realizada ha consistido en la limpieza y consolidación de las zonas que se conservan del lienzo y la recuperación de las lagunas que el soporte tenía tras los sucesos de los años 30. Gracias a una antigua fotografía en blanco y negro, hallada décadas atrás por el desaparecido profesor Agustín Clavijo, ha permitido completar el volumen de la obra tras la sustitución del soporte anterior por uno realizado en bosquejo, al igual que el resto de las zonas originales.

Igualmente, el presbiterio del templo agrupacionista acoge una talla de Santo Tomás de Aquino que fue donada a la institución por el pintor Manuel Mingorance Acién en 2011. El conservador y pintor benalmadense Francisco Naranjo ha sido el responsable de su restauración, tras un laborioso proceso de desparasitación, limpieza y reintegración polícroma. Ambas obras completan el lenguaje iconográfico e histórico de la iglesia de San Julián, devolviendo a su patrimonio artístico interior parte de la historia del Hospital de la Caridad.

2016_29_04_Santo_Tomás_de_Aquino

Fuente: elcabildo.org