Así será el altar de la coronación de la Divina Pastora
La Virgen, rodeada de abundante vegetación y flores, presidirá la ceremonia ante el baldaquino de mármol del altar mayor de la Catedral de Málaga, sobre un elevado risco dispuesto en una base con frontales pintados por Francisco Naranjo con evidentes alusiones capuchinas
Frontal con el beato Fray Diego José de Cádiz, realizado por Francisco Naranjo para la coronación de la Pastora. / @DIVINAPASTORA
Este 5 de octubre, la Catedral de Málaga amanecerá con el ambiente de las grandes solemnidades de la Iglesia. A las 11.30 horas dará comienzo la eucaristía que, presidida por el obispo, Jesús Catalá, servirá para reconocer la devoción a la Divina Pastora de las Almas con su coronación canónica. Para este momento, la congregación lleva meses pensando también en cómo presentar a la imagen en el altar mayor del Primer Templo. Este viernes la Virgen, que es la primera vez que entra a la Catedral, se encuentra expuesta en veneración en la capilla de San Francisco en horario ininterrumpido de 10.30 a 19.15 horas.
La albacería de la hermandad ha tenido en cuenta dos premisas fundamentales a la hora de idear este altar. La primera de ellas es respetar al máximo su fisonomía, sin transformar demasiado el templete, ante el que se situará la Virgen buscando su mayor visibilidad, dadas las limitadas condiciones morfológicas del templo. Y es que la visibilidad en la Catedral está sumamente condicionada y el espacio es poco diáfano. Prácticamente solo se ve bien desde los bancos situados delante del coro, ante el presbiterio bajo, y desde los que se encuentran en los laterales ante la sacristía y la capilla de la Virgen de los Reyes. Así que la Pastora estará lo más exenta posible en el espacio.
Lema que aparece en el arco toral de la Divina Pastora y que se ha convertido en lema de la congregación. / @DIVINAPASTORA
El segundo propósito ha sido también saber rodear a la Virgen del ambiente bucólico que le es tan propio. De este modo, la imagen formará parte de una especie de jardín místico, sobre una huerta. Así que la Virgen estará rodeada de un paisaje con abundante vegetación y flores. Este risco se dispondrá sobre una base con frontales creados por el artista Francisco Naranjo Beltrán, muy vinculado a la congregación, más aún a raíz de la restauración a la que sometió a la imagen de Montes de Oca. En estos paños figuran la imagen del beato Fray Diego José de Cádiz, predicador capuchino y fundador de la congregación malagueña en 1771, en el delantero, y en los laterales, rodeados de ángeles, dos cartelas con los textos en latín ‘Ecce Beatificamus Eos Qui Sustinuerunt’ (‘Aquí honramos a los que perseveraron’, leyenda que también se encuentra en el arco toral de la parroquia de la Divina Pastora y que la congregación ha asumido como lema propio); y ‘Regina Caeli Laetare Alleluia’ (‘Reina del Cielo Alégrate, Aleluya’), que es el arranque de la oración a la Virgen en el período de Pascua y la hermandad, precisamente, ha incorporado también al banderín de la coronación.
La imagen el Divino Pastorcito se situará a los pies del risco. La liturgia señala que debe ser la primera imagen en recibir sobre sus sienes la corona, así que durante este momento de la eucaristía habrá un tránsito muy evidente entre el instante de coronar al Niño y a la Madre, para lo que sí será necesario subir unos escalones para llegar a su altura.
Pocas velas y una importante reliquia
No contará con excesivas piezas de candelería, aunque llevará cuatro con mucha historia que forman parte del patrimonio de la congregación, procedentes del antiguo convento capuchino y que aún se conservan. También se usarán los cuatro nuevos blandones de orfebrería que se han estrenado en el triduo preparatorio y que han salido del taller fuengiroleño de Montenegro, y los dos pedestales de madera tallada y dorada que sirven de escolta permanente de la Virgen en su camarín. La mesa de altar estará revestida con un frontal de encaje antiguo con un ‘Ave María’ coronado, de la propia congregación.
Del mismo modo, en el altar figurará un relicario propiedad de la Catedral con la reliquia de una costilla de Fray Diego José de Cádiz que fue regalada por el beato Marcelo Spínola. Son dos nombres propios muy vinculados a la historia de la congregación, ya que el primero fue su fundador y el segundo, el obispo de la diócesis que, tras la Desamortización de 1836, llevó a las monjas clarisas a Capuchinos y les encomendó el cuidado de la Divina Pastora cuando a finales del siglo XIX abandonó el convento el último de los frailes.
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